Ir al contenido principal

El ciclo más completo para descubrir a Lionel Rogosin, el gran documentalista norteamericano

LOST & FOUND trae a España este programa, que comienza el 1 de noviembre. Estará formado por ocho títulos, incluyendo las tres restauraciones más recientes presentadas este año en el festival de Bolonia

El hijo del director e impulsor de la recuperación de sus películas, Michael Rogosin, presentará varias de las proyecciones en Madrid, Santiago y Ferrol

Lionel Rogosin es uno de los realizadores de cine documental más influyentes de Estados Unidos. Tal vez menos conocido que figuras totémicas del género como Frederick Wiseman o los hermanos Maysles, lo cierto es que su obra, marcada por un compromiso con la defensa de los derechos de los más desfavorecidos que el definía como “no ficción partisana”, causó un gran impacto en la conformación del free cinema británico. [Descarga el dossier de prensa]

Tras años condenado a una escasa circulación, hace una década que su hijo Michael, también cineasta, decidió restaurar y digitalizar la obra de su padre, con la colaboración cómplice de la Cineteca di Bologna. El resultado es que diez años después podemos presentar una retrospectiva casi completa del director estadounidense — todo lo recuperable—, sumando las tres restauraciones más recientes que se presentaron en el festival Il Cinema Ritrovato de la ciudad italiana.

El ciclo abarca un total de 8 títulos y es el más completo realizado sobre el director. Se podrá ver en España a partir del mes de noviembre, con la distribución de Lost & Found y con Michael Rogosin presentando el cine de su padre en varias de las sesiones programadas.

Próximos pases

Cineteca Madrid

Viernes 1 de noviembre, 19h: Vuelve, África (1959)

Retrato de las duras condiciones del apartheid a través de las vidas de un pequeño grupo de intelectuales locales, con dificultades para encontrar trabajo y obtener el pase que les permitiría desplazarse en el área de Johannesburgo con libertad.
 

Sábado 2 de noviembre, 18.30h: Buenos tiempos, maravillosos tiempos (1965) + Vaya par de chiflados (1966)

Buenos tiempos…: Rogosin visitó en dos años 12 países para recoger imágenes de atrocidades de guerra de sus archivos. Estas escenas se intercalan con un lujoso e intrascendente cóctel en Londres, dejando al descubierto la indiferencia de Occidente ante esta violencia.
Vaya par de chiflados: Exhausto tras su difícil experiencia rodando su tercera película, Good Times, Wonderful Times (1965), Rogosin filmó junto a sus amigos Edward 'Swede' Sorensen y Dean Preece a lo largo de un fin de semana en la casa de Sorensen en Madison, Connecticut, impulsado por el alcohol y la improvisación para realizar un ejercicio satírico inclasificable.


Domingo 3 de noviembre, 20.00h: Raíces negras (1970) + Diálogo árabe-israelí (1974)

Raíces negras: Personalidades de la lucha por los derechos de los afroamericanos, como el reverendo Frederick Douglass o la abogada feminista Florince ‘Flo’ Kennedy, cuentan historias de opresión al ritmo de su música popular, otra forma de relato y resistencia.

Diálogo árabe-israelí: Un poeta palestino y un periodista israelí debaten las posibles salidas a un conflicto que lleva enfrentando a sus comunidades durante décadas sin que se advierta un fin próximo a las tensiones territoriales con las que conviven cada día.

 

Viernes 8 de noviembre, 18.30h: Sobre el Bowery (1956)

Tres días de desesperación en un barrio pobre de Manhattan apodado “The Bowery”, donde estibadores, prostitutas y sin techo con problemas de alcoholismo conviven en un difícil equilibrio.

PRESENTACIÓN Y COLOQUIO CON MICHAEL ROGOSIN

 

Sábado 9 de noviembre, 18.00h: Fantasía negra (1956)

Basada en las experiencias del músico afroamericano Jim Collier y su matrimonio interracial, Fantasía negra combina realidad y fantasía poética para explorar qué significa ser una persona negra en la sociedad blanca de la época. En su estructura combina un monólogo improvisado y planos de Collier interpelando directamente a la cámara en busca de la realidad psicológica de un individuo negro cuya conciencia racial ha sido impuesta por su entorno y la sociedad.

PRESENTACIÓN Y COLOQUIO CON MICHAEL ROGOSIN

 

Domingo 10 de noviembre, 18.00h: Leádores del Sur profundo (1973)

Alabama. Leñadores blancos y negros, tradicionalmente enfrentados, se unen en una cooperativa para vender la madera de los pinos que cortan. La necesidad de hacer prosperar el negocio los obliga a vencer viejas rencillas en un ambiente de mutua desconfianza.

 

Sala Numax - Santiago de Compostela
Martes 26 de noviembre: Sobre el Bowery (1956) -

Tres días de desesperación en un barrio pobre de Manhattan apodado “The Bowery”, donde estibadores, prostitutas y sin techo con problemas de alcoholismo conviven en un difícil equilibrio.

PRESENTACIÓN Y COLOQUIO CON MICHAEL ROGOSIN

 

Cines Duplex - Ferrol
Miércoles 27 de noviembre: Sobre el Bowery (1956) -

Tres días de desesperación en un barrio pobre de Manhattan apodado “The Bowery”, donde estibadores, prostitutas y sin techo con problemas de alcoholismo conviven en un difícil equilibrio.

PRESENTACIÓN Y COLOQUIO CON MICHAEL ROGOSIN

Compromiso y lucidez en ocho películas

La película fundacional de la carrera de Lionel Rogosin quizás sea la más conocida: Sobre el Bowery (On the Bowery, 1956). Interesado en criticar la situación del apartheid en los anos cincuenta, Rogosin encaró este primer largometraje como una preparación para rodar en Sudáfrica un par de años más tarde. El contexto es el barrio del Bowery, en pleno Manhattan, hoy un lugar saneado por diversas reformas urbanísticas, pero entonces un barrio pobre en el que convivían estibadores, prostitutas, alcohólicos sin hogar y trabajadores de la construcción o del ferrocarril, como Ray, el protagonista. Influenciado por el neorrealismo italiano y por Robert Flaherty, el director logró realizar un retrato fidedigno de lo que allí pasaba, que le valió numerosos reconocimientos. Sobre el Bowery fue la primera película norteamericana en ganar el Gran Premio del Festival de Venecia como documental, fue galardonada con un BAFTA y nominada al Oscar.

Este gran reconocimiento crítico le permitió financiar Vuelve, África (Come Back, Africa, 1959), que logró rodar con un permiso para un documental sobre música. El resultado fue otro bien distinto, un crudo retrato de las condiciones de vida de varios trabajadores negros en el contexto del apartheid. La película fue premio de la crítica en Venecia. Rogosin siguió haciendo amigos entre las altas esferas por allí donde pasaba. En Diálogo árabe-israelí (Arab Israeli Dialogue, 1974), su último documental, puso a conversar a un poeta palestino y a un periodista israelí sobre las posibles salidas de un conflicto que ya entonces llevaba décadas enquistado y que lamentablemente vuelve a estar de actualidad en 2024.

Entre medias, Raíces negras (Black Roots, 1970), Fantasía negra (Black Fantasy, 1972) y Leñadores del sur profundo (Woodcutters of the Deep South, 1973) mostraron la vida de diversas comunidades negras del sur de EEUU — con Fantasía negra siendo perseguida por la censura— mientras que con Buenos tiempos, maravillosos tiempos (Good Times, Wonderful Times, 1965) mostró su preocupación por las desigualdades sociales y la guerra nuclear latente, contraponiendo una fiesta en Londres con secuencias del sufrimiento en todo el mundo, en una edición inspirada en Hiroshima, mon amour (Alain Resnais, 1959). Incluso realizó una curiosa incursión en la comedia con Vaya par de chiflados (How Do You Like Them Bananas?, 1966), un divertido juego humorístico filmado en un fin de semana.

El legado de un poeta del celuloide

A finales de los setenta, incapaz de seguir financiando sus proyectos, Rogosin dejó Nueva York y se mudó al Reino Unido, donde dio clase hasta que se retiró en los años noventa, ya enfermo. Falleció en Los Ángeles en el año 2000. Antes de mudarse a Europa, dejó una huella indeleble en la escena underground de la Gran Manzana, estando al cargo del cine de Bleecker Street, que acogía buena parte de los estrenos del cine alternativo. Participó activamente en la puesta en marcha de la Film-Makers' Cooperative y cofinanció la construcción del Anthology Films Archives de Jonas Mekas. También distribuyó cine militante a través de su empresa Impact Films. Todo esto prueba que Lionel Rogosin fue, durante toda su vida, un poeta de la cámara con un compromiso político que iba más allá de lo que captaba su lente, un activista de la cultura con un impacto que resuena en nuestro presente.