Fuga en teclas negras
Drahomíra Vihanová
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Un hombre negro se prepara para dar un concierto de piano en la Escuela de Música de Praga. Su experiencia como el único estudiante africano del centro y los retos por integrarse en la ciudad marcan un examen que encara con nerviosismo.
La vida de Drahomíra Vihanová está marcada por las vidas posibles que no fueron, truncadas: recaló en el cine porque en la Academia de Arte de Praga le dijeron que no tenía madera para ser virtuosa del piano. La posibilidad del cine, azarosa, le llevó a matricularse en la escuela oficial, la FAMU, para obtener una titulación sin la que no podría ejercer. Y aunque ese fue en los sesenta el epicentro de la Nueva Ola checa, pocas veces nos encontraremos su nombre citado en este selecto club: su primer largometraje, Un domingo desperdiciado (1969) tuvo la mala fortuna de ser terminado después de la Primavera de Praga y consecuentemente prohibido su estreno (hasta 1994). Esta bifurcación la llevaría al documental, en el que hizo una carrera que, por ocuparse principalmente de la vida de gente trabajadora, pudo encontrar su lugar en esa Checoslovaquia represiva y asfixiante.
En medio de todo esto, queda Fuga en teclas negras (1964): la constancia de que Vihanová era en efecto todo lo que no pudo ser, una virtuosa música y una cineasta de la modernidad. La película muestra un día en la vida de Fati Farari, un estudiante africano de música en las horas previas a su concierto de graduación en la Academia de Música de Praga, en el que tocará a Bach. Fuga en teclas negras es también la película de graduación de Vihanová. Y más allá de la historia que cuenta, sobre el racismo mejor o peor disimulado de la sociedad checa, sobre la relación entre la otredad y la soledad, sobre el papel del arte en la vida, o sobre la fatalidad del destino, la película es en sí misma una demostración de cómo llevar el ritmo y el contrapunto de la música al cine. Con la mano izquierda, Vihanová ejecuta el tempo: un montaje rítmico, indetenible, enérgico, compuesto por planos cámara al hombro espontáneos, muchos subjetivos, con un uso creativo del sonido puntuado por una voz en off poética que viene y va, y por el jazz y el rock and roll, música jóven en contraposición dialéctica con la clásica. Con la mano derecha, Vihanová va marcando la melodía de esta fuga hecha película: se presenta al sujeto, Fati, en varios de sus entornos: la piscina, la calle, la academia, su casa, un bar, la embajada de su país. Variaciones de la melodía de su personalidad, tenaz y paciente, en distintas tonalidades en contrapunto. Y como caracteriza a la Nueva Ola Checa, esta es una película alegre y fresca aún entre los sinsabores a los que se enfrenta alguien cuya mera existencia confronta los intentos de una sociedad por ser progresista.
Elena Duque
Programadora en (S8) Mostra de Cinema Periférico A Coruña, docente en la universidad Camilo José Cela y cineasta.
Ficha técnica
- Título original:
- Fuga na černých klávesách
- Año:
- 1964
- Duración:
- 34 minutos
- Formato:
- 1.37 : 1 – B/N – mono – DCP 2K
- País:
- Checoslovaquia
- Idioma:
- checo
Ficha artística
- Dirección:
- Drahomíra Vihanová
- Guion:
- Hayk Mardirossian, Drahomíra Vihanová, Bohumil Sobotka
- Producción:
- FAMU Studio
- Fotografía:
- Jiří Macák
- Montaje:
- Drahomíra Vihanová
- Son:
- Oldřich Tichý, Adolf Řípa, Josef Hubka, Bohumír Brunclík
- Elenco:
- Julian Diaz, Jiří Stivín, František Rauch, Ladislav Zajíc, Jiří Štíbr, Milan Jonáš