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Un pequeño pueblo intenta sobrevivir a bruscos cambios políticos entre fascismo y comunismo. Un campesino, Frantisek, mostrará una especial determinación a mantener su independencia, ganándose el respecto del pueblo y la enemistad de los dirigentes.

 

Los ciclos de la naturaleza y de la humanidad se imbrican, de manera lírica y apesadumbrada, en A todos mis buenos paisanos, una película decisiva para Vojtěch Jasný en más de un sentido. 

No solo porque esa obra concluye una trilogía que, también formada por El deseo (Touha, 1958) y Un día, un gato (Až přijde kocour, 1963), aborda las transformaciones de su país tras la Segunda Guerra Mundial y la implantación del comunismo, sino porque es también la última que rodaría en Checoslovaquia, tras la invasión soviética de 1968 y la polémica que envolvió el estreno. Las críticas vertidas en este retrato sin concesiones de la violenta gestión del «apparatchik» y su oposición a retractarse pusieron fin a su actividad cinematográfica en la tierra que lo vio nacer, por la que luchó en la resistencia durante la guerra y la que hizo de él un cineasta ejemplar. “En la vida de todo hombre siempre llega un momento decisivo”, reza la cartela que inaugura A todos mis buenos paisanos. No son palabras vacías. 

Pero, además de ejercer de obra de denuncia, A todos mis buenos paisanos es de los filmes de Jasný más emotivos. Mediante una estructura episódica, el cineasta narra el giro moral de una localidad de Moravia cuando, tras la guerra, se impone el experimento comunista. En apenas dos capítulos, el reparto coral pasará de la alegría por un nuevo amanecer —la fotografía de Jaroslav Kučera vuelve a ser decisiva para registrar la euforia preciosista de los primeros compases de la cinta— al terror absoluto. Una caída en toda regla en el infierno totalitario. Pese a todo, el sol sigue saliendo y las flores vuelven a brotar. O, como se lamentan en el corolario, «las guerras continuarán hasta que todos nos matemos y sólo queden una vaca y un toro. Y entonces empezará la prosperidad».

Paula Arantzazu Ruiz

Crítica de cine en Cinemanía y Rockdelux. 

 

Premios

Cannes 1969 - Mejor director
  • Cannes 1969 - Mellor director
  • Cannes 1969 - Mellor director

Ficha técnica

Título original:
Všichni dobří rodáci
Año:
1968
Duración:
115 minutos
Formato:
1.37 : 1 – color – mono – DCP 2K
País:
Checoslovaquia
Idioma:
checo

Ficha artística

Dirección y guion:
Vojtěch Jasný
Producción:
Filmové studio Barrandov
Fotografía:
Jaroslav Kučera
Música:
Svatopluk Havelka
Montaje:
Miroslav Hájek, Jan Kučera
Sonido:
Dobroslav Šrámek
Elenco:
Radoslav Brzobohatý, Věra Galatíková, Vlastimil Brodský, Eva Blažková, Waldemar Matuška, Marie Málková
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