Edgar G. Ulmer
De origen checo, comenzó haciendo cine en Alemania, donde colaboró con grandes cineastas. Hizo decorados para Robert Wiene en El gabinete del doctor Caligari, siluetas para El Golem de Paul Wegener, y asistió a F.W. Murnau en El último o a G.W. Pabst en Bajo la máscara del placer, entre otros. Su ópera prima es Gente en domingo, junto a Robert Siodmak, en 1930. Más tarde encontró refugio de los nazis en Hollywood, donde destacé como director de filmes de misterio y de género negro. Algunas de sus películas más memorables son Detour y Barbazul.